Para entender y, sobre todo, para integrar un concepto conviene empezar por el principio. Llevar una vida consciente es, así de primeras, bastante distinto a lo que estamos acostumbrados.
Vivimos en un mundo híper acelerado en el que pasan cosas constantemente a un ritmo de vértigo. Para poder llegar de alguna manera a ese ritmo que nos marca la sociedad, nosotros mismos hemos aumentado el ritmo de nuestras vidas y eso nos ha llevado a tener que tomar decisiones demasiado rápido. Ahí es donde perdemos el contacto con nosotros mismos y precisamente ahí es cuando nos alejamos de la vida consciente al mismo tiempo que pulsamos el botón de la vida con el piloto automático.
Y, claro, es normal. No hay tiempo para pensar porque vivimos enfocados en el hacer, en realizar cosas en el menor tiempo posible y no nos queda espacio para la reflexión.
En un post anterior del blog os hable de la importancia del silencio para reconectarnos. Muchas veces necesitamos parar, darnos espacio para decidir y eso va en la dirección opuesta a la de la sociedad en general. Silencio para pensar, para que las cosas se asienten, para barajar escenarios. Pero no lo tenemos y por eso tomamos decisiones sin conciencia, muchas veces desde la mente, sin tener en cuenta nada más.
¿Que hay que comer? Pues cualquier cosa rápida nos vale, ¿Una ducha? venga, que es más rápido. ¿Dormir? con seis horitas voy tirando… Hasta que llegamos a un punto en el que es imposible brillar y no estar física y mentalmente agotados.
Bien. La vida consciente es todo lo contrario. Es hacer las cosas con conciencia. Reflexionar antes de hacer. Es vivir desde nuestro consciente y no desde el inconsciente. Es desactivar ese piloto automático con el que vamos por la vida. ¿Es la hora de comer? primero voy a escuchar a mi cuerpo a ver si tengo hambre de verdad y luego pensar qué me sienta bien en ese momento del día, qué me nutre o si me voy a comer eso que sé desde el principio que no es bueno para mí, por mucho que me apetezca. ¿Una ducha? Venga, vale, con los cinco sentidos. percibiendo la temperatura del agua, cómo resbalan las gotas por nuestra piel, el olor del jabón… ¿Dormir? Sí, qué placer y voy a dormir todo lo que mi cuerpo necesita, aunque eso suponga dejar asuntos aparcados para otro momento e irme a la cama antes de a lo que estoy acostumbrado.
Vida consciente es tomar las riendas de nuestra vida, decidir en cada momento sin dejarnos llevar y no vivir a la deriva, apagando sobre la marcha los distintos fuegos que van apareciendo.
Es existir desde nuestro interior y no con el foco puesto en lo que acontece fuera.
Eso nos acercará a nuestra esencia y nos dará la oportunidad de ser más felices,
Pero tienes que saber algo: no es lo más habitual, así que es posible que tengas que ir a contracorriente, sentirte juzgado y que eso te cause cierto sufrimiento porque no estamos acostumbrados. Dejar a gente por el camino, romper pensamientos y costumbres, decir que no a cosas y planes que no se alinean con lo que eres ni con lo que quieres… Pero el esfuerzo de vivir como tú eres realmente merecerá la pena.
Y tú, ¿ya vives una vida consciente? te gustaría? Qué opinas?
Te deseo un día maravilloso
Es así tal cual.. Hay que tener un poco de «ser yo» aunque haya gente a tu alrededor que no le guste. Eso se llama RESPETO. Gracias por explicarlo todo tan bien