Soy un ser sintiente. Y tú también

Ayer escuché esta frase tan bonita en el podcast de El viaje de Iris y algo se me removió por dentro. «Soy un ser sintiente». La repetí varias veces en voz alta con la intención de darle la importancia que tiene. Porque parece una obviedad, pero no lo es.

Somos seres sintientes. Todos. Y resulta que lo sabemos de sobra pero es algo que nos cuesta mucho mostrar a los demás. La realidad es que nos da miedo exponernos, dejar entrever nuestros sentimientos y nos construimos una coraza que nos permita ocultarnos detrás de ella porque eso nos da seguridad. Seguridad de que nadie se dará cuenta de que somos vulnerables y que las cosas nos afectan. Pero eso nos resta felicidad.

Piensa en cuántas veces les dices a las personas que son importantes para ti que lo son. Y no sólo hablo de pareja o hijos. Es algo que damos por hecho demasiadas veces, pero hacérselo saber a quien de verdad te importa y te aporta en tu vida te dará un buen chute de bienestar y a la otra persona igual o más. En el fondo, no conozco a nadie que no desee que le quieran.

Casi toda mi vida me ha costado mostrar mis sentimientos a los demás. Siempre he sido muy ‘blindada’. Hace unos años, cuando empecé mi ‘despertar’, esto también empezó a cambiar. No ha sido algo radical pero sí puedo decir que ha sido importante.

Me abro más a abrazar y a decirle a la gente importante para mí que lo es. A lo mejor no se lo digo así, pero me aseguro de hacérselo saber. Y no sólo he descubierto que no pasa nada, sino que es de los pequeños gestos que suman en mi vida. Me llama mucho la atención la reacción de los demás cuando lo hago porque en la mayoría de las ocasiones siento que es bien recibido mi gesto pero que no hay costumbre, sino cierta sorpresa y en ocasiones una pizca de incomodidad; pero también sé que el regusto que deja es muy agradable. Y eso se contagia.

Así que abrámonos más a sentir y a dejarlo salir si nos apetece. No por los demás, sino por nosotros mismos. Dejemos de decirnos cosas extrañas para no hacerlo, de ponernos máscaras que nada tienen que ver con nosotros. Dejémonos ser. Y, sobre todo, no hagas caso de lo que te digo. Pruébalo y luego, si quieres, me cuentas.

Hasta aquí mi reflexión de domingo. Que tengas un día increíblemente bonito.

PD: El domingo 3 de diciembre daré un taller maravilloso de Iniciación al Ayurvedaen Ponferrada, junto con Judith, de Mueve tu alma. Estoy emocionada y súper agradecida por tener esta oportunidad que tanta ilusión me hace. Me encantaría que pudieras venir. Te cuento más detalles muy pronto.

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