La clave para ser feliz

Es algo que todos buscamos en mayor o menor medida, sin darnos cuenta o desde nuestra parte consciente: la felicidad. Sinceramente, me pone un poco negra esa moda de tener que ser feliz sí o sí. Las frases manidas sobre la felicidad constante me desesperan.

A mi modo de ver, la felicidad es maravillosa, pero para experimentarla y disfrutarla necesitamos pasar por otros estados de ánimo. Sólo así podremos saber lo que es realmente. Nadie sabe lo que es la luz si nunca ha sentido la oscuridad.

Mi experiencia vital me lleva de vez en cuando (más a menudo de lo que quisiera) a experimentar momentos en los que me encuentro realmente mal. Tan mal que apenas puedo levantarme. Eso que me pasa (que todavía nadie sabe lo que es) sólo me deja sobrevivir durante un par de días. Luego, como una tormenta tropical, se va y vuelve a salir el sol. Ese cambio es lo que me permite diferenciar entre estar bien y no estarlo. Cuando vuelvo ser yo siempre digo una frase que es evidente, pero que para mí es clara sobre lo que es la felicidad: «Qué bien se está cuando se está bien». Qué sencillo.

Todos somos diferentes pero compartimos un deseo: ser felices. No conozco a nadie que no quiera ser feliz, a su manera, con sus deseos y necesidades. Al final, no somos tan diferentes.

Pero cuanto más intentamos encontrar la felicidad, hacerla nuestra, más se aleja. Nuestras creencias, costumbres y experiencias también tienen mucho que ver en lo que para cada uno es la felicidad y en los obstáculos que nos encontramos para alcanzarla. Porque ahí está el dilema muchas veces: en la coherencia. Coherencia entre lo que creemos, pensamos y hacemos. Lo digo siempre. En algo tan sencillo como mantener un hilo conductor está el secreto.

Por ejemplo, si piensas que mostrar tus emociones te hace vulnerable porque eso te han dicho mil veces desde pequeña («no se llora») y en el fondo sabes que lo necesitas, pero no te lo permites, eso es incoherencia.

Cuando sabes que te vendría bien decirle a tu jefe lo que piensas verdaderamente pero se produce un choque con tus creencias («hay que respetar a los superiores aunque ellos no lo hagan contigo») y te callas un día tras otro y sigues tragando y haciendo horas sin sentido, ahí hay incoherencia.

Y cuando anhelas la libertad de vivir tu propia vida como a ti te gustaría pero no lo haces porque tienes grabado a fuego que tienes que ser una madre y esposa entregada por encima de todo y no te priorizas porque siempre te dejas para lo último, ahí hay incoherencia.

La incoherencia está muy lejos de la felicidad. Y aunque cuesta ser coherente, conviene conquistar esa sensación de hilo conductor entre lo que uno quiere, piensa y hace para acercarnos a la ‘tierra prometida’.

Y simplificar. Simplificar todo lo posible para hacernos el camino más fácil. Nadie tiene que decirte lo que necesitas para ser feliz. Sólo tú. Y las personas más felices suelen manejarse entre poco, no entre muchos quehaceres, cosas materiales y horas de oficina.

Así que identifica tus propios valores y créate un listado que te acompañe siempre y al que recurras cuando crees que te estás desviando de tu propósito de ser feliz. Y deja que te diga algo, puedo acompañarte en ese camino en el que es fundamental el autoconocimiento. Primero tienes que conocerte bien para poder adentrarte en tus valores.

Además de la ‘Experiencia Natur&Cosmos’, que combina la astrología con el autocuidado, podemos hacer una lectura de tu carta natal para ver puntos claves de tu esencia y por dónde va tu evolución personal. Un punto de partida que será un tesoro en tu camino de evolución. Escríbeme aquí y te cuento cómo puedo ayudarte.

Y recuerda: tienes el poder de llegar a donde tú quieras.

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