Es un tema controvertido este. Se trata de analizar con qué gente te relacionas y cómo está tu vida social. Éste es un aspecto que no es menor, sino que tiene una gran importancia también en nuestro bienestar, aunque no seamos conscientes de ello.
Párate a pensar un momento. Haz un repaso de la gente con la que te relacionas en el trabajo, por ejemplo, o de tu círculo de amistades. ¿Desde dónde te relacionas con ellos? Quiero decir, ¿lo haces porque piensas que no te queda más remedio o porque les tienes cariño sincero aunque en el fondo sepas que no te hacen sentir bien? ¿Te sientes juzgado? ¿Tienes miedo de que te dejen de lado, te juzguen o les moleste algo que puedas decir o hacer? O, por el contrario, es un cariño sincero el que sientes hacia ellos y son personas que te aportan, que suman a tu vida y con las que te gusta hablar y pasar el rato? Son preguntas que pueden ser reveladoras a la hora de evaluar tu vida social
Porque, déjame que te diga algo. Con quién (y cómo) te relacionas dice mucho de ti. Eso es así. Somos seres sociales por naturaleza y al elegir con quién pasamos el tiempo y de qué forma (no es lo mismo relacionarse con un compañero de trabajo que no te cae bien sólo por asuntos laborales que contarle tu vida y preguntarle por la suya) nos conforma también como personas. Es inevitable. Pasar tiempo con otras personas también habla de nosotros. En tu mano está decidir con qué personas pasas tu tiempo y pasen a forma parte de tu identidad.
Y aquí deberíamos hacernos una pregunta clave. ¿He elegido o me han elegido? Es decir, ¿has sido cuidadoso al seleccionar a la gente que tienes alrededor o te rodeas de lo que te ha ido llegando? ¿Aceptas lo que te cae encima o tomas acción a la hora de decidir quién se queda a tu lado y quién no? Porque cuando eliges emprender una conversación con alguien le estás dedicando algo tan valioso como tu tiempo. Al igual que cuando te tomas un café con esa persona o te dedicas a intercambiar mensajes de whatsapp con ella. El tiempo es oro y también es una decisión tuya con quién decides emplearlo.
Lo digo porque, al tener esa necesidad social, muchas veces tendemos a darle espacio en nuestra vida a gente que no nos hace bien. Incluso en ocasiones para no sentirnos rechazados. Pero tú eres una persona única, que no tienes por qué pensar como la mayoría (o sí) y que tienes la capacidad de seleccionar a aquellas que quieres tener a tu lado o con las que te apetece mantener una conversación.
Mi consejo es: no tengas miedo a romper con quien no te aporta y menos todavía si no te hace sentir bien. Así de claro. Cuando lo hagas, en lugar de perder, estarás ganando porque estarás dando un paso más hacia tu esencia misma.
Que tengas un gran día.