Es fundamental, básico, trascendental que tengas tu propia rutina de autocuidado. En post anteriores te he contado la importancia de atendernos y te he dado algunas claves para hacer de esta práctica algo constante en tu vida. Porque sí, tu autocuidado debe ser una rutina más de tus quehaceres cotidianos, tanto como desmaquillarte o, mejor, como ponerte el pijama.
Así que ponte manos a la obra, porque hacer esto, que parece pequeño, traerá una gran transformación a tu vida. Tanta, que ya no querrás dejar de hacerlo. Ni por todo el té de China.
Lo primero que necesitamos es buscarnos un hueco a lo largo del día sólo para nosotros. Única y exclusivamente nuestro. Sí, ya sé que parece misión imposible, pero créeme que no lo es. Tenemos el día llenito de cosas que hacer y sacar un huequito para cualquier otro asunto que no sea la maratón diaria nos parece complicado.
A ver, que no tiene que ser mucho rato. Empieza guardándote quince o veinte minutos. Algo que a mí me ha funcionado es levantarme antes. Quizás te venga mejor por la noche, un rato antes de acostarte. O al mediodía. Cuando prefieras. Lo ideal sería que fuese siempre a la misma hora más o menos para que cueste menos convertirlo en un hábito. Y luego, vete sumándole minutos hasta que consigas el tiempo que necesitas. Cada uno el suyo.
Una vez decidido el momento, enfócate en cómo quieres cuidarte. Si es por la mañana quizás te venga bien hacer algo de ejercicio y si es por la noche, alguna técnica de relajación que te ayude a conciliar el sueño y a dormir mejor.
Un acto maravilloso es darse un masaje. Sí, automasaje. Da igual que sea por la mañana o por la tarde, sólo tienes que tener en cuenta la intensidad: más vigoroso en las primeras horas del día y más lento a final de la jornada.
Si has elegido la mañana, es estupendo realizar un poco de ejercicio que ayude a nuestro cuerpo a prepararse para el resto del día. Yo no soy partidaria de hacer ejercicio por la tarde-noche, pero hay muchas opciones si tú lo prefieres y te sienta bien. El yoga nidra puede ser una buena alternativa para preparar nuestras horas de descanso.
Puedes elegir alguna herramienta que te acompañe, como unos aceites esenciales, un cojín de meditación, algún aparato de madera para darte el masaje o una crema o aceite corporal que te guste especialmente. Es tu momento, así que no lo hagas de cualquier manera.
Convierte tu rato de autocuidado en un ritual y añade algo que te guste realmente, pon música, enciende una vela, coge un libro y dedícale un rato, date un baño, llama a alguien con quien te guste hablar o escribe un diario si eso te llena.
Meditar y hacer pranayama (respiración) son dos prácticas estupendas que además te aportarán salud. En Internet tienes muchos vídeos gratuitos con esta temática que te pueden venir muy bien para empezar. A mi me gusta Xuan Lan Yoga, Agustín Vidal o Ama, come, vive, brilla. Incluyelas en tu vida, de verdad que no es tan complicado.
Eso sí, haz que tu rutina sea fiel a ti mismo, que esté en consonancia con lo que te gusta, que sea placentero. Como digo siempre, háztelo fácil y agradable. Es muy, muy importante.
Si te apetece que te ayude a crear tu propia rutina de autocuidado, escríbeme y lo vemos.
Que tengas buen un día
Me encanta tu página, Ana. Intentaré seguir tus consejos y me gustaría crear una rutina por la noche de autocuidado. Un besazo gupisima.
Hola Riti! Cómo estás?
La rutina de noche la necesitas para algo específico? Quiero decir, te cuesta conciliar el sueño, por ejemplo? o e por otro motivo?