¿Cómo son tus gafas de ver la vida?

Ayer me mandaron un ramo de flores. Precioso, la verdad. Era un mensaje de agradecimiento de una buena amiga. La verdad es que, al margen de lo bonito que era, de la sorpresa y de la ilusión, lo que más sentí fue gratitud. Una sensación maravillosa que me sacó una enorme sonrisa.

Si te fijas, la sensación de estar agradecido por algo es una de las más maravillosas que podemos experimentar. Por ejemplo, cuando alguien nos da las gracias. ¿Cómo puede ser que una sola palabra sea capaz de tanto? Por ejemplo, abres la puerta a alguien para dejarle pasar primero y esa persona no se molesta en abrir la boca. ¿Qué sientes? Sin embargo, si esa misma persona te diese las gracias y además acompañase ese gesto con una sonrisa, la sensación cambiaría bastante, ¿verdad? Ahí está la magia de la gratitud.

Pero es lo de siempre, que muchas veces hay que poner conciencia en la gratitud, porque pasamos mucho más tiempo pensando en lo menos bueno o en lo malo que en todo lo maravilloso que tenemos. Lo expliqué aquí en un vídeo de mi canal de Telegram. La gratitud, como todo, hay que practicarla para que vaya creciendo. Para que nos llene.

La gratitud no es sólo dar las gracias, sino que es toda una forma de vida en la que siempre se trata de ver el vaso medio lleno.

Su efecto es transformador. Tanto, que es capaz de cambiar la energía de una persona pesimista. Porque sí, todos somos energía y sabemos que hay personas cuya energía es algo oscura, densa, porque viven desde la queja y ven el vaso medio vacío. Si una de esas personas adquiriera el hábito de escribir todos los días diez cosas por las que dar las gracias, esa energía pesada cambiaría y se haría mucho más liviana. Incluso agradable. Tal es el poder de la gratitud.

Practica la gratitud para que se vaya expandiendo. Puedes hacerte con un cuaderno que te guste y escribir en él cada día varias cosas por las que te sientas agradecida. Durante el confinamiento, un día encontré en el supermercado un cuaderno de gratitud que me llevé a casa. Todos los días dedicaba un par de minutos a reflejar en él todo lo bueno que me había ofrecido el día y siempre encontraba uno o varios motivos. Te aseguro que eso me ayudó a sobrellevar mucho mejor aquella situación tan extraña.

Ahora que acaba el año es un momento perfecto para hacer un balance de lo que han sido para ti los últimos 12 meses. Pero, también, no te olvides de agradecer lo que está por llegar, lo que viene de camino. Es una actitud muy poderosa. Imagina lo que sueñas . Llénate de infinitas posibilidades y agradece. Tómate unos minutos cada día para hacerlo. Te ensanchará el corazón y cambiará tu energía.

Te dejo aquí un rezo maravilloso de Verónica Gamio para activar la ley de la gratitud:

Gracias, porque me abro a ver lo que no puedo ver

Gracias, porque me abro a recibir lo que no sé recibir

Gracias, porque me abro a escuchar lo que me cuesta escuchar

Gracias, porque me abro a sentir lo que no sé sentir

Gracias, porque me abro a desear lo que me cuesta desear

Gracias, porque hoy puedo aceptar la riqueza que tengo para dar.

Te mando un abrazo lleno de gratitud

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