Durante buena parte de mi vida escondí mis emociones. Era puro miedo. Miedo a mostrarme como era realmente. Me preocupaba más por encajar donde quiera que me encontrase que por mi bienestar o por mostrarme auténtica.
Hemos aprendido a esconder nuestra esencia. Seguimos pensando que mostrar nuestros sentimientos está mal o dará una imagen de nosotros que nos hará frágiles. Y eso, claro, no tiene buen encaje en este mundo de apariencias donde poco o nada es lo que parece.
Yo soy de llorar. Tampoco por cualquier cosa, pero puedo llorar escuchando a mis hijos cantar una canción, viendo una película o cuando alguien abre su corazón o cuenta una experiencia traumática. Incluso leyendo un libro. Antes me contenía más, pero ahora ya no tanto. Y eso me hace feliz porque deja salir mi auténtico yo. Si tengo ganas de llorar, lloro y si una canción me encanta puedo escucharla decenas de veces seguidas. Eso no me hace mejor ni peor que nadie, pero me hace más yo. Y eso me gusta.
Ahora que me he dejado un poco en paz en ese sentido, me llama a atención lo contenidas que somos las personas. Veo a mucha gente que retiene sus lágrimas por pudor, porque le da vergüenza dar rienda suelta a sus emociones y también las reacciones que eso causa alrededor. Muchas veces cuando vemos a alguien que llora o se emociona nos sentimos incómodos porque no sabemos cómo actuar y eso nos descuadra. Le damos un sentido que no es a algo que debería ser completamente normal: emocionarse.
No somos de acero templado. Somos personas, con emociones y sentimientos aunque muchas veces tratemos de ocultarlos porque nos da miedo. No somos invencibles.
A mí la astrología me ayudo a entender que soy una persona sensible, que me emociono con facilidad. Y eso no quiere decir sólo que lloro, sino que también me enfado, me pongo triste o estallo de alegría. Tengo Ascendente en Cáncer y Luna en Escorpio y saberlo me aportó claridad y me dio foco. Sí, soy sensible y emocional y hay cosas que a muchos no les dicen nada y a mí me impactan porque lo llevo en mi ADN y me acepto como soy porque he entendido que no tiene nada de malo y que no todos somos iguales. Es una de las cosas en las que me ha ayudado la astrología. Y cuando alguien me recuerda que me afectan demasiado (a su parecer) las cosas o que exagero (también bajo su punto de vista) ahora contesto: «Sí, ¿y?».
Si quieres que a ti también te ayude a entenderte mejor, te recomiendo una lectura de tu carta natal.
Que tengas un bonito día.