Cada decisión que tomamos, por pequeña que sea, habla de nosotros. Da igual si se trata de lo que vas a hacer de comida o del próximo libro que vas a leer. Y no sólo eso, sino que también tiene un impacto a nuestro alrededor.
Sí, lo que tú haces importa.
Lo cierto es que cuando cumplimos con una necesidad o con un deseo estamos eligiendo entre varias opciones y la que resulte ‘ganadora’ tiene, como todas, un efecto que va mucho más allá de lo que creemos.
Por ejemplo, qué ropa decides comprar o cómo vas a dar los buenos días en el trabajo la próxima vez que entres por la puerta. Son muchísimas las decisiones que tomamos cada día y, aunque sean pequeñas no por eso son menos importantes.
¿Qué tipo de comida consumes? ¿De dónde viene? ¿Quién la produce? ¿Qué contenido lees-ves-escuchas? ¿qué promueve? Porque al elegirlo contribuyes, con tu pequeño grano de arena, a que eso siga adelante y todas esas cosas con las que dan forma al mundo.
Poner conciencia en cada pequeño gesto es transformador. Da igual lo que haga el de al lado o si es lo que hace todo el mundo porque nuestro poder está en lo que hagamos a nivel individual. Eso es lo que nos dará identidad y desde ahí podemos transformarnos para que eso, a su vez, contribuya al mundo.
¿Qué estás apoyando? ¿Qué mundo quieres? ¿A qué le dices ‘sí?