La semana pasada no hubo post en el blog. La razón es que yo también me siento sobrepasada a veces. El trabajo, las tareas domésticas y las gestiones familiares y cotidianas requieren su tiempo en esas 24 horas que tiene un día que a veces nos parecen pocas. Si, además, tratas de sacar a diario un ratito para ti la cosa tiene a complicarse más (o a simplificarse, según se mire).
A mí también me asaltan los imprevistos más a menudo de lo que me gustaría. Me considero una persona ordenada y con cierta estructura en mi vida diaria pero, como a todo el mundo, me llegan cosas que no esperaba y que necesito resolver para seguir adelante.
Y sí, a mí también me torturan a veces las dudas, la incertidumbre y el no saber por dónde tirar. Y a mí también me puede en ocasiones el agotamiento y exploto y pienso que puedo hacerlo mejor. Y a mí también las cosas no me salen siempre como tenía pensado. Pero eso es la vida.
Y cuento esto porque la semana pasada, que fue un poco convulsa y con unos cuantos imprevistos que tuve que gestionar como pude, una persona me preguntó extrañada cómo me pasaban a mí esas cosas, si yo siempre sabía qué había que hacer en cada caso.
Nada de eso. Yo soy una apasionada de la vida. De la vida consciente, del autoconocimiento, de la astrología evolutiva, de la naturaleza… Pero sobre todo soy una persona normal a la que le pasan cosas normales y a la que le atraen como un imán las historias humanas y cómo profundizar en nosotros mismos.
Y de eso sé porque me tomo la molestia de mirar hacia dentro, de escucharme, de tratar de hacerle frente a mis sombras y de seguir ahondando ahí dentro para mí y también para ayudar a cualquiera que me necesite. Llevo años haciéndolo y he aprendido, además de estudiando y leyendo, de mi propia experiencia.
Porque ¿sabes qué? hay una diferencia quizás sutil pero muy importante en esto que te voy a contar. El conocimiento está en los libros, en Internet, al alcance de cualquiera pero la sabiduría está en la experiencia, en lo que se ha vivido y experimentado en primera persona. Y yo comparto desde lo que a mí me ha pasado y de lo que me pasa cada día. Con el objetivo de poder ayudar a los demás.
Y trato de aprender de todo lo que me va llegando y de comunicarlo de una forma útil y sencilla porque también amo compartirlo.
Así que aquí queda esta reflexión también para que conozcas un poco más de mí y del por qué de Natur&Cosmos.
Te deseo una feliz semana.